¿Qué pasaría si se agravan las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela y, como consecuencia, el Gobierno colombiano tome la decisión de cortar el suministro de gas natural y electricidad que exporta o el venezolano decida suspender esas importaciones?
Expertos en materia energética coinciden en que se trata de un supuesto que difícilmente ocurrirá porque en las autoridades de Colombia predomina la institucionalidad y el respeto a los contratos comerciales; mientras que en las de Venezuela prácticamente están entre la espada y la pared. Por tanto, se impone el pragmatismo de mantener las relaciones.
Concuerdan en que si se interrumpe el envío de gas natural y de electricidad, la situación sería crítica para los estados occidentales en Venezuela porque la actual crisis energética que se presenta en esas entidades empeoraría, y se añadiría una parálisis en las operaciones de Petróleos de Venezuela en la cuenca occidental. En definitiva, significaría un freno aún mayor a la actividad económica.
En el caso del gas, Pdvsa informó que el año pasado importó un promedio de 187 millones de pies cúbicos diarios, volumen que desde el punto de vista relativo pareciera pequeño porque representa 2,48% del gas que dispone el país para atender la demanda. Los datos indican que entre la producción nacional y la importada se llega a 7,5 millardos de pies cúbicos diarios.
Los suministros procedentes de Colombia se hacen a través del gasoducto Transcaribeño Antonio Ricaurte, que tiene una longitud de 224 kilómetros desde el Campo Ballenas en la península de la Guajira, en el nororiente colombiano, cruza la frontera y llega hasta las plantas térmicas de generación de electricidad Rafael Urdaneta y Ramón Laguna en el estado Zulia.
El ingeniero Diego González, ex gerente de Pdvsa Gas, pone en duda la información suministrada por la empresa en su más reciente informe de gestión. Señala que la producción del país es de 6 millardos de pies cúbicos al día, de tal manera que hay una brecha no menor a 1,5 millardos de pies cúbicos, que se cubre con lo que se le compra a Colombia más “la quema” de combustibles como diesel y fuel oil.
“En occidente el déficit de gas natural es caótico porque está asociado a la actividad petrolera. Al caer la producción de petróleo disminuye la de gas”, explica González. “Si se suspenden los suministros de Colombia faltaría el gas para la generación eléctrica que aporta a las plantas de la antigua Enelven (empresa absorbida por la Corporación Eléctrica Nacional), a la petroquímica de El Tablazo y la que se requiere en las operaciones petroleras en el lago de Maracaibo”, agrega.
Otro ingeniero, Nelson Hernández, indica que frente a un corte de gas por parte de Colombia, la alternativa sería aumentar el uso de diesel para las plantas de Corpoelec y Pequiven.
La situación tendría implicaciones aún mayores por la potencia eléctrica que se importa desde el territorio vecino, que alcanzó un acumulado en 2013 de 440 gigavatios-hora hasta mediados de junio. De ese nivel 99% se transmite por la interconexión San Mateo-El Corozo, entre el Departamento Norte de Santander y el estado Táchira. También está la de Cuestecitas-Bicentenario entre la Guajira colombiana y Zulia.
“Un corte eléctrico sería grave para el Táchira y, en general, para la región de los Andes, que desde el punto de vista eléctrico incluye también los estados Barinas, Mérida y Trujillo, y abarca al Alto Apure, donde tendrían que afrontar un racionamiento mayor al que afrontan en la actualidad”, responde el ingeniero José Aguilar, consultor en materia energética. “No hay forma de suministrar más energía a los Andes con la demanda que existe en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo en el Zulia, que en este momento está en déficit y por eso Venezuela se convirtió en un departamento más de Colombia en lo que respecta a suministro de electricidad”, añade.
Aguilar opina que no hay salida a corto plazo para reducir la dependencia energética. Por eso, considera que la electricidad se seguirá importando, sobre todo a partir de septiembre, que es cuando comienza la temporada de alta demanda.
Pérdidas por subsidio
Los costos de la importación de electricidad y gas natural no se cubren con el cobro de la comercialización que se hace en Venezuela, debido a que las tarifas están congeladas desde hace casi 10 años y, por tanto, subsidiadas.
Aguilar apunta que a Colombia se le compran 4.000 megavatios-hora por día, que al precio de 90 dólares por megavatio-hora da 360.000 dólares diarios, para un total de 131,4 millones de dólares al año.
“Al precio al que se vende localmente y de poderse cobrar toda la energía, la tarifa sólo cubriría 124.000 dólares diarios. En este caso salimos perdiendo 236.000 dólares por día. Es inaceptable que esas importaciones ocurran luego de todos los recursos asignados al sistema eléctrico nacional”, dice el experto.
La situación implica que el Estado venezolano pierde prácticamente dos tercios de lo que le paga a Colombia, lo que arroja pérdidas anuales no menores a 86 millones de dólares por importar electricidad.
No obstante, agrega que dentro del proyecto de plantas eléctricas que ha incorporado Corpoelec en los últimos cuatro años existen algunas que generan más pérdidas que las importaciones y otras que están por incorporarse. Cita el ejemplo de la planta Luis Zambrano en El Vigia, que operará con diesel al igual que varias de las ya existentes, las cuales sólo funcionan con combustibles. Pdvsa pierde la oportunidad de exportar esos líquidos por encima de 100 dólares el barril y ni siquiera cubre los costos de producción.
En el caso del gas natural, las ventas que realizan Ecopetrol y Chevron a Pdvsa están en 5,89 dólares por cada millón de BTU de gas, que es la unidad de medida utilizada para comercializar el hidrocarburo. En cambio, en Venezuela se vende ese millón de BTU en 75 centavos de dólares, es decir, que hay una pérdida mayor a 5 dólares por cada millón de BTU. Entre el gas natural y la electricidad, el Gobierno venezolana eroga diariamente 1,3 millones de dólares.
El autoabastecimiento será en 2014
La exportación de gas
aún es promesa incumplida
Un hecho que muestra la imposibilidad de Pdvsa para reducir sus importaciones de gas natural se observa en el incumplimiento de la empresa con el acuerdo de suministro que suscribió en mayo de 2007 con Ecopetrol de Colombia y Chevron de Estados Unidos, firmas que están a cargo de las operaciones gasíferas en esa zona del vecino país.
En un comunicado que la petrolera venezolana difundió en esa oportunidad explicó que el convenio se desarrollaría en dos fases. La primera para importar gas de Colombia a la región occidental de Venezuela y así potenciar al sector eléctrico y petroquímico, además de abastecer a las redes de distribución domésticas, comerciales e industriales en un período de cuatro años que culminaban en 2011. La segunda fase contempla la exportación de gas metano venezolano.
“Es importante saber si Venezuela podrá cumplir con el envío pactado. Eso sólo podrá hacerse si se desarrolla el proyecto gasífero Cardón IV”, dice el ingeniero Nelson Hernández.
El ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, declaró que para finales de 2014 se espera la producción de 300 millones de metros cúbicos de gas diarios el Campo Perla, como parte del proyecto conjunto entre Pdvsa, la italiana ENI y la española Repsol.F:EN
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