Fanny Kertzman y Alek Boyd
LaSemana.com

Con la desaparición de Chávez, que actuaba como muro de contención, es solo cuestión de tiempo que Cabello orqueste alguna clase de golpe para librarse de la influencia cubana.
La verdad es que Diosdado Cabello es quien tiene las llaves del futuro de Venezuela. No es santo de la devoción de los Castro y su nombre despierta temor. Cabello es una de las figuras fijas del chavismo, tal y como lo son Jesse Chacón, Alejandro Andrade y José Vielma Mora, para nombrar a unos pocos. Cabello y sus seguidores han alcanzado posiciones claves, lo que lo ha convertido en un hombre excepcionalmente rico. Domina el Seniat, el servicio de impuestos y aduana, a través de José Vielma Mora inicialmente, luego directamente a través de su hermano José David Cabello.
También, a través de Alejandro Andrade, se hizo con el Banco de Desarrollo del Estado, Bades, donde se presentó recientemente un escándalo de corrupción: una alta funcionaria, María de los Ángeles Gónzalez, fue acusada de robar millones de dólares en maniobras fraudulentas, junto con dos corredores de bolsa.
Cabello tenía también el control de Cadivi, el sistema de asignación de divisas, a través de Manuel Barroso, su asistente desde el 2001. Barroso fue destituido por Maduro y reemplazado por Eudomar Tovar, lo que no debe tenerlo muy contento.
Diosdado también controla el Ministerio de Comunicaciones y Conatel –el ente regulador de las telecomunicaciones– a través de un viejo amigo, Jesse Chacón. Maneja el Ministerio de Infraestructura y Ministerio del Interior, los cuales también dirigió, y el Ministerio de Sanidad e IVSS (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales) que está en manos de otra ficha de él, Carlos Rotondaro.
Control en el cuartel
Fuera de sus dominios tiene el control de los destacamentos más importantes de las fuerzas armadas.
El 5 de julio del 2012, Chávez ascendió al rango de brigadier general a 42 oficiales. De estos, 36 pertenecen a la clase de Diosdado del 87. Los militares de esa generación son 97 que están todavía activos, pero solo 36 fueron promovidos. Eso significa que hay 61 coroneles, compañeros de Cabello, que no han sido ascendidos. Esto ha resultado en un descontento que Cabello maneja a su favor.
En el chavismo ya no manda nadie. Facciones, con mayor o menor poder, pugnan entre sí. Diosdado Cabello es, sin lugar a dudas, el mejor posicionado para tomar el poder cuando así lo desee. Encabeza el ala militar, pero no solo cuenta con poderío castrense: a través de compañeros de promoción y testaferros cuenta también con un músculo financiero extraordinario. Se ha dicho que Ricardo Fernández Barrueco (con una fortuna de 1.600 millones de dólares) es uno de sus principales testaferros. Pedro Torres Ciliberto habría colaborado en compras fraudulentas de bancos y aseguradoras para beneficiar a Cabello.
Así las cosas, se devela que el castro-chavismo teme a Diosdado Cabello.
Mientras el Seniat puede y es usado como un ente cuya fiscalización selectiva dificulta el normal ejercicio de actividades económicas a empresas en Venezuela y Cadivi es el filtro de divisas de uso obligatorio, es la ascendencia de Cabello en el mundo militar lo más importante. Si algo podemos concluir de la historia contemporánea de Venezuela, es que las fuerzas armadas tienen siempre la última palabra cuando de golpes de Estado se trata. Allí reside el verdadero poder de Cabello.
Sus compañeros de promoción ya tienen comando directo de tropas, y aún faltan más por ascender. Por mucho que se hable de la injerencia cubana y de la infiltración del G2 en Venezuela, poco podrán hacer los dictadores Castro cuando Cabello se decida a dar un golpe de Estado. Es solo una cuestión de tiempo.
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Luego están los negociados del llamado narco-generalato (Hugo Carvajal, Henry Rangel Silva, Clíver Alcalá Ordones, etc.) con las FARC. Se comenta que Nicolás Maduro habría tenido un papel preponderante en las negociaciones que adelanta el gobierno del presidente Santos con las FARC, pero no es menos cierto que la parte operativa, es decir la exportación de droga desde Venezuela –que no pocos dividendos deja a la guerrilla–, está controlada por militares que seguramente se decantarán por Cabello.
No se lleva bien con los cubanos<
Diosdado Cabello se graduó de la Academia Militar en 1987.
Fue el segundo de su clase -la Tomás Montilla Padrón de 1987- entre 216 oficiales.
Muchos de sus compañeros participaron en el golpe de Hugo Chávez en 1992 y fueron premiados por Chávez cuando alcanzaron el poder. Se convirtieron en un grupo especial.
Cabello nunca compartió la actitud servil de Hugo Chávez hacia Fidel y Raúl Castro.
Muy rara vez viajó a Cuba y resiente el hecho de recibir órdenes de ese país.F: LaRepublica