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sábado, 15 de junio de 2013

Opositor Yon Goicoechea dijo que el enemigo a vencer no es el presidente Nicolás Maduro

A  la crisis de abastecimiento de productos básicos, la disputa por el poder en Venezuela y un nuevo gobierno que no acaba de cuajar, hay que sumarle cómo ha permeado el narcotráfico en ese país.

Yon Goicoechea, integrante del movimiento político Vente Venezuela, que preside la diputada opositora, María Corina Machado, dijo que el verdadero problema para Venezuela no es el presidente Nicolás Maduro, sino las mafias que se han involucrado con las Fuerzas Armadas.
Excélsior platicó vía telefónica con Goicoechea, quien en 2008 fue reconocido en Estados Unidos con el premio Milton Friedman por su activismo político en Venezuela en las fuerzas juveniles.
El opositor venezolano que se encuentra en Madrid, España, terminando un doctorado, también reconoció que a Maduro no le queda otra salida más que buscar una alianza con Estados Unidos, para que pueda extraer petróleo de la Faja del Orinoco, pues de lo contrario su gobierno colapsará.
¿Qué ha pasado con Yon Goicoechea después de que hace cinco años fue distinguido con el premio Milton Friedman?
Actualmente soy miembro del movimiento político Vente Venezuela, que preside la diputada (opositora) María Corina Machado, fui parte del comando nacional de su campaña presidencial y ahora estoy en Madrid, haciendo mi doctorado, hace apenas una semana.
La fuerza que mostró la oposición y la presunta debilidad de Nicolás Maduro, tras la muerte de Hugo Chávez, se reflejó el pasado 14 de abril en las elecciones presidenciales de Venezuela, ¿cómo piensa Yon Goicoechea que se podría reforzar ese caudal político?
La oposición en Venezuela es mayoría clara y evidente. El Consejo Nacional Electoral es un órgano absolutamente chavista, hizo todo lo posible por favorecer al gobierno y se cometió fraude electoral… lamentablemente en Venezuela no hay instituciones ante las cuales acudir.
Esto demuestra varias cosas, en primer lugar la fragilidad en la que ha quedado el chavismo después de la muerte de Hugo Chávez. Esta fragilidad viene dada por la lucha interna del poder, que son mafias que están asociadas al narcotráfico, principalmente a las Fuerzas Armadas, gobernadas por un sector del chavismo encabezado por Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela).
Por otra parte, el ala favorita de Cuba apoyada por los más de 60 mil cubanos que están actualmente prestando servicios al gobierno cubano en las instituciones de Venezuela, ésta ala es la más ideológica, pero entre comillas, y está liderada por Nicolás Maduro.
Lo otro que está sucediendo es una crisis económica espantosa, previsible, que se advirtió y que era completamente evitable e innecesaria, pero que ya no es posible evitar; por años, la oposición estuvo denunciando el mal manejo de los recursos del Estado, la fluctuación de los ingresos petroleros es algo que ya ha ocurrido en Venezuela y ha impactado sobre la pobreza.
Un sistema en el cual se destruyó la producción privada, se amenazó y se robó las propiedades de los productores, se expropiaron fábricas, bancos y ahora estamos viendo las consecuencias.
Además de todo eso, un muy mal manejo de la industria petrolera, que es el gran fundamento de la economía venezolana y lo que sucede en esa industria son básicamente tres cosas:
Un aumento desmedido del consumo interno, lo que nos deja menos margen para exportación; la disminución de la producción petrolera como tal (se están produciendo unos 600 mil barriles menos al día que cuando llegó Hugo Chávez) y las regalías, o mejor dicho, los regalos que estamos haciendo a otros países como Cuba, a miembros de la organización Petrocaribe y algunos otros absurdamente como Londres o Nueva York.
En ese panorama el gobierno está muy mal, no tengo duda de que esto va a colapsar, pero lo que temo es que pueda instaurase un gobierno militar en el país.
La semana pasada el gobierno de Zulia anunció un racionamiento de alimentos ¿es un indicativo de lo que está sucediendo con la crisis económica en Venezuela?
Esto existe ya en todo el país de diferentes formas, es decir, el gobierno no ha hecho lo que hicieron en Cuba (establecer una libreta de racionamiento único), pero ha racionado la compra de cada producto por separado, especialmente aquellos productos que faltan, hay algunos no regulados, pero por ejemplo, tú solamente puedes comprar un determinado número de papel de baño, leche y carne. Ahora, habrá un sistema automatizado para garantizar que las personas no vayan el mismo día al mercado para comprar dos veces el mismo producto.
Es decir, son eficientes para automatizar, pero no para que haya papel higiénico en Venezuela, que es una cosa ridícula y da mucha vergüenza y rabia decir todo esto a un medio extranjero.
En Venezuela existen mafias de narcotráfico entre las Fuerzas Armadas que pueden aprovechar la situación de caos para tomar el poder, y eso es el verdadero enemigo.
Yo diría que hoy, para nosotros los demócratas venezolanos, el enemigo no es Nicolás Maduro, él se mató solo; el enemigo real son las mafias del narcotráfico que están infiltradas y con una situación de colapso económico , tratarán de tomar el poder.
Hace unos días la diputada María Corina Machado estuvo en México y nos platicaba que Venezuela se ha convertido en un país trampolín para el narcotráfico hacia Centroamérica, ¿por qué Maduro no ha tomado cartas en el asunto?
No es un problema interno en la política de Maduro, esto es un fenómeno que ha ocurrido gracias a la promoción del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), no es que se le haya salido de las manos, es que lo promovieron y son parte del negocio.
Diosdado Cabello y el grupo de narcogenerales, que hoy
están dentro del oficialismo,
son los jefes de este negocio.
No es que el narcotráfico exista porque no le han pres-
tado atención, el narcotráfico existe porque es su negocio.
Es el negocio del gobierno, o al menos de uno de sus sectores, ahí está la gravedad, que no solamente tienen la negligencia del Estado, sino que también tienen la protección del mismo.
¿Podríamos hablar de un narcoestado?
Sí, podríamos hablar de un narcoestado.
¿Qué piensa de los roces diplomáticos que ha tenido Maduro a escala internacional, como por ejemplo con Panamá y Colombia. O la reciente reunión del canciller venezolano, Elías Jaua, con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry?
Nicolás Maduro sólo tiene una opción: acercarse a Estados Unidos, no tiene otra, porque la gran carta bajo la manga, entre comillas, que tenía Hugo Chávez, eran las inversiones de China y Rusia en la Faja del Orinoco, es donde se encuentran los yacimientos petroleros más grandes del país y uno de los más grandes del mundo, el problema que hay ahí es que ese petróleo es ultra pesado, es muy difícil de extraer, requiere de grandes inversiones y una tecnología muy específica para extraerlo.
Chávez sacó a los americanos de la faja petrolera, les canceló muchas de las concesiones y se las otorgó a China y a Rusia, pero ellos no han desarrollado nada, la producción petrolera debía haber empezado en 2012, estamos en 2013 y no estamos ni cerca de empezar.
Venezuela va a tratar de aproximarse a Estados Unidos, Maduro tendrá que callarse y morderse la lengua, todo lo que ha dicho va a tener que moderarlo y tendrá que ir a pedir, vergonzosamente, a Estados Unidos que saque petróleo de la faja.
En cuanto al resto del mundo, lo que le pasa a Maduro es que no entiende que no es rico ni es Chávez, entonces cree que puede llegar a hacer los mismos desaires diplomáticos que hacia su antecesor y que la gente le va a reaccionar igual, pero no tiene ni el liderazgo ni el dinero que tenía Hugo Chávez.
¿Cree que Nicolás Maduro termine su gestión?
Nicolás Maduro no termina su gestión, de eso no tengo la menor duda, por dos razones: primero porque es un Presidente ilegítimo que se robó las elecciones y, en segundo lugar, porque le tocó el colapso del sistema del que fue cómplice.
¿Qué propondría la oposición para solucionar todo lo que sucede en Venezuela?
Lo primero y más importante es un plan por la seguridad de los venezolanos contra la violencia. Venezuela es uno de los países más violentos del mundo, al igual que su capital. Ningún inversionista irá mientras la seguridad no esté garantizada.
En segundo lugar, tomar medidas económicas coherentes en las cuales se garantice la propiedad privada, se liberalice el acceso de divisas y se busque que se estabilice macroeconómicamente el país para que pueda verse inversión y trabajo.
En tercer lugar, tiene que ver con un fortalecimiento institucional para que esto no vuelva a pasar, porque el chavismo ha sido la muerte de las instituciones para Venezuela.
Y por supuesto, lo que no puede faltar en ningún país de América Latina, el compromiso social tiene que entenderse en cosas muy concretas: salud, educación y seguridad social, porque si no la gente no va a acompañar ningún proceso de transformación sostenible.
F:Excelsior , 
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martes, 30 de abril de 2013

Lealtad de Nicolas Maduro hacia Hugo Chavez


Nicolás Maduro, invocando las fuerzas espirituales que lo unieron a Hugo Chávez, nos ha informado a los venezolanos del profundo legado que ejerció sobre él el extinto Presidente. Hugo Chávez fue un convencido de los poderes creadores del pueblo. Este hombre luchó por empoderar al pueblo de la conciencia política que lo hiciera marchar por la ruta de la libertad. El Presidente se nutrió del pensamiento de la Ilustración, reivindicó el pensamiento de Simón Bolívar. Conocedor de la realidad de su país, reprobó el barbarismo que se cometió el 27 y 28 de febrero contra el pueblo venezolano. Supo que Venezuela en la Cuarta República estaba sometida a la dictadura de los maulas.
Esta elección confrontó dos modelos políticos, el de Henrique Capriles Radonski y el de Nicolás Maduro. La derecha, con su torpeza característica, lleva a la cabeza a Capriles. El Partido Primero Justicia no ha tenido el tiempo ni la madurez de confeccionar una propuesta que se identifique con el pueblo venezolano. El soporte de Capriles es la filosofía neoliberal y el odio hacia Cuba. Capriles como estrategia política ha reeditado el odio secular hacia la República cubana y al comunismo. Amenazaba con claridad que, una vez en el poder, los cubanos deberán regresar a su país, luego demagógicamente prometió arreglarles sus pasaportes. Los venezolanos ya tenemos experiencia de lo que son capaces estos neorricos de Primero Justicia. El 11 de abril Capriles franqueó los muros de la Embajada cubana.
En aquella oportunidad Capriles se hizo acompañar de la gusanera anticastrista. A la luz del mundo quedó evidenciado su despropósito al violar el Derecho Internacional. El lenguaje de Primero Justicia está vinculado a la necrofilia y a la calumnia. Esta gente atacó al general Francisco Pérez Arcay, y tergiversó el discurso de despedida que dio en las exequias de Hugo Chávez.
Nicolás Maduro reivindica el discurso de Chávez, recalca que su proyecto es hondamente nacionalista. Él continuará el camino que un día emprendió Chávez, sabe del compromiso moral que tiene con los venezolanos. Lo ha dicho claramente: desarrollaré los proyectos que continúen consolidando a Venezuela como potencia. La élite antinacional que representa Capriles lo ha atacado, se le ha acusado de ignorante. Este sector lo discrimina por haber sido trabajador del volante en el Metro de Caracas, ante esto Maduro ha sido incólume, sabe que se juega el futuro de la República.
Maduro, en su carácter de presidente de Venezuela, ante los desproporcionados ataques de la derecha, ha garantizado a los técnicos, entrenadores y médicos cubanos que continuarán en Venezuela prestando su colaboración. Maduro ha expresado su compromiso moral con el país. Lo ha dicho claramente, para él Chávez fue y continúa siendo su maestro, su conductor. Venezuela, con el fallecimiento de Chávez, ha manifestado su inconformidad. El pueblo adquirió una relación desproporcionada con su líder. Maduro ha llamado al país nacional a defender el socialismo, la democracia y la herencia de Chávez.
La derecha subestima a Nicolás Maduro, siempre parten de los supuestos de su patraña triunfalista, han olvidado que el proyecto es unigénito, desestiman a Maduro olvidando su buena gestión como canciller de la República. Es lógico y natural que el duelo de la muerte de Chávez persista en Nicolás Maduro, esto no significa que no haya aprendido. El discurso de Maduro enfila hacia los hondos problemas de un país que ha tenido la tragedia de vivir con una élite desalmada que solo piensa en entregar el país y en golpes de Estado.
Capriles es el verdadero hijo de una Venezuela antinacional, no le tiembla el pulso cuando hay que violar los derechos humanos como hizo con Rodríguez Chacín, cuando lo arrastró para que recibiera una felpa por parte de los sectores ultramontanos de la sociedad venezolana. Ese 11 de abril, tanto Henrique Capriles como Leopoldo López expusieron lo peor de su inconsciente, a esa Venezuela no la añora nadie. Los días de abril 2002 y la detención del para entonces diputado Tarek William Saab evidencian el odio que la oligarquía tiene hacia todo aquel que la adversa. Hay que recordar siempre las enseñanzas de Lenin, lo peligroso de la burguesía son sus contactos internacionales. El poder de fuego y de reacción de Estados Unidos está en las bases militares en los países que tienen vecindad con Venezuela.
EL proyecto central de Nicolás Maduro es su antiimperialismo. Sabe muy bien este líder que hay que continuar con la gran Misión Vivienda Venezuela. No se le debe dar cuartel a los enemigos históricos de la Patria. La contienda se gana con el sostenimiento del pueblo, pero el mantenimiento de la República depende de las armas y la convicción de las fuerzas militares, pero no solo eso, la integridad del proyecto de cambio social debe tener su soporte en las comunas, en los barrios, en las universidades. Este es un momento donde los clarines de la Patria –para decirlo en términos del Presidente Chávez– reclaman la voluntad política de los venezolanos. Como lo decía José Félix Ribas: la Patria no puede morir, es necesario vencer.
Las campañas internacionales atacan a Venezuela por los cuatro puntos cardinales. Se ha desatado internacionalmente una campaña de infamias que responsabiliza a Nicolás Maduro como el gran causante del supuesto fracaso de la República. Se nos está preparando para la guerra. Los mensajes televisivos conducen a atizar el odio en la clase media.
Se apunta a inocular xenofobia en el pueblo venezolano. La burguesía apátrida no produce ideas, se han convertido en los propagandistas de una peligrosa psicología de guerra que puede conducirnos al caos. Este guión lamentablemente les ha funcionado en África. El imperio y sus sirvientes no abandonan la idea de ponerle de nuevo la mano a la comercialización del petróleo. No es fácil resignarse a la pérdida del usufructo sobre el oro negro.
Nicolás Maduro es cada día desprestigiado, se le acusa de analfabeto, de autobusero. De la noche a la mañana esta élite descubrió grandes bondades y éxitos en los gobiernos de Chávez que Maduro podría llevar a pique, esta situación es insostenible, hay que salirle al paso en la arena política a estas infamias. Se busca calentar la calle, se utiliza a los manitos blancas como carne de cañón, se los envía a desprestigiar a la alta oficialidad y a provocar a los afectos al Gobierno, y luego se los trata de victimizar haciendo abstracción de los hechos. El efecto que se busca lograr ante la comunidad internacional es que vivimos en la anarquía, en el desgobierno.
La última voluntad del Presidente Chávez de llevar a Maduro a la Presidencia de la República se ha hecho una realidad. Para la Patria hay un solo camino, el socialismo o la barbarie. La conciencia política de los venezolanos ha madurado. El pueblo sabe que el país está siendo asediado por una propaganda criminal que trata de satanizar al país a escala internacional. Hay que girar instrucciones desde la Cancillería para que las embajadas nuestras en el exterior defiendan el proyecto político socialista en los medios impresos y televisivos internacionales. No podemos seguir callados ante los ataques.
Capriles y sus secuaces intentan presentarse como nacionalistas, se asumen como adalides de la libertad. Estos señores intentan borrar las diferencias clásicas entre la derecha y la izquierda, sólo que su programa político es el golpe de Estado…
Fuente
Sibci
Por Nelson Guzmán

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