La Casa Blanca ha respaldado este lunes la petición de un nuevo recuento de votos en Venezuela, hecha por el candidato opositor,Henrrique Capriles. El portavoz de la presidencia de Estados Unidos, Jay Carney, se ha abstenido de reconocer la victoria de ninguno de los contendientes en las elecciones de este domingo mientras que el Departamento de Estado ha ido un poco más lejos y ha considerado que la revisión del resultado electoral debería certificarse antes de que cualquiera de los dos aspirantes sea proclamado cmo vencedor.
“El recuento en las elecciones sería un paso importante y prudente”, ha asegurado Carney, durante la rueda de prensa diaria. La Casa Blanca ha optado por mantener la prudencia entorno a un proceso electoral del que se ha mantenido al margen para evitar ser acusado de intervencionismo por cualquiera de los candidatos venezolanos y no ha realizado más comentarios al respecto, más allá de reiterar que EE UU aspira a mantener la actual cooperación entre ambos países en materia de lucha contra el terrorismo y los vínculos comerciales. Carney ha evitado confirmar que un cambio de signo político pudiera provocar un viraje en la actual relación bilateral.
El portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, ha insistido, en la misma línea que la Casa Blanca, en que el recuento de votos es “lo más prudente para satisfacer las expectativas democráticas de los venezolanos”. Aunque en ningún momento se ha llegado a desautorizar la autoaclamada victoria electoral de Nicolás Maduro, para el Departamento de Estado, cualquier proclamación oficial de un candidato, debería realizarse con posterioridad a una revisión oficial del resultado electoral. “Es necesario dejar que siga el proceso y ver lo qué ocurre”, ha señalado Ventrell cuando ha sido preguntado por una eventual proclamación de Maduro sin haberse efectuado el recuento de los votos reclamado por la oposición y por un miembro del Consejo Nacional Electoral venezolano.
El Departamento de Estado no ha querido pronunciarse específicamente sobre las irregularidades durante la jornada electoral denuncias por Capriles a limitado a insistir en la necesidad de realizar un nuevo recuento de los votos. En las últimas semanas, EE UU había manifestado su preocupación por que las elecciones en Venezuela contaran con la presencia de observadores internacionales que avalaran el desarrollo de los comicios.
Los 14 años en el poder de Hugo Chávez habían deteriorado las relación política y diplomática entre EE UU y Venezuela, que retiraron a sus embajadores a finales de 2010. La Administración Obama ha manifestado su interés por normalizar los vínculos con el país sudamericano.
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