A diez días de las elecciones presidenciales y en medio de una candente y breve campaña electoral, la cual desde su arranque ha estado dominada por discursos encendidos y graves denuncias que han sembrado sombras sobre el proceso electoral, el líder opositor Henrique Capriles se muestra confiado de que vencerá al presidente encargado y candidato oficialista, Nicolás Maduro, de quien asegura que no tiene capacidad para mantenerse en el gobierno.
Capriles afirmó, en entrevista con Associated Press, que Venezuela enfrenta en este momento una "situación muy comprometida", especialmente en materia económica, e indicó que la permanencia de Maduro en el gobierno no garantiza que el país salga de la compleja situación.
"Sea cual sea el escenario yo no visualizo que Nicolás Maduro tenga la capacidad de estar mucho tiempo en el gobierno... renuncia, abandona si él llega a ganar", dijo tajante el dirigente opositor, de 40 años, al reconocer que a Venezuela le esperan tiempos complicados.
Ausentes de ese sombrío panorama, decenas de miles de seguidores de Capriles se concentraron el jueves en una de las principales avenidas de la ciudad de Maracay, en la costa central, para expresar su apoyo al líder opositor que por segunda vez en menos de seis meses vuelve a competir por la presidencia del país petrolero.
Bajo el ensordecedor grito de "se ve, se siente, Capriles presidente" un mar de simpatizantes, que portaban la característica gorra tricolor usada por el opositor y agitaban banderas venezolanas, recibió al candidato durante una concentración en la céntrica ciudad donde están los mayores fuertes militares y las principales industrias del paí
Tal como reconocieron los organizadores del acto, la asistencia desbordó las expectativas lo que generó en la parte inicial del acto momentos de tensión entre los miles de asistentes, algunos de los cuales quedaron muy apretujados entre la masa de simpatizantes, originando decenas de desmayos. Ante esa situación la seguridad privada del acto debió quitar algunas barreras de protección para permitir la rápida salida de algunos seguidores y liberar el espacio de la concentración.
Aunque algunas de las encuestas locales no lo vislumbran como favorito para vencer al heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez en las elecciones del 14 de abril, Capriles asegura que tiene hoy "una gran convicción (de) que hay una oportunidad de ganar....está servida la mesa para ganar".
El dirigente opositor sostiene que su medición la obtiene de la calle, donde dice que ha logrado despertar, en casi dos semanas de precampaña y cuatro días de campaña formal, un "torbellino" de emociones que cree que pueden ser decisivos para su triunfo.
"El voto es un acto racional, emocional. Yo siento que la emoción está de este lado. Allá hay un candidato muy malo, sin carisma, sin liderazgo", agregó.
La principal apuesta de Capriles está en los 6,5 millones de votos que obtuvo en los pasados comicios presidenciales del 7 de octubre, en los que perdió frente a Chávez, quien logró la reelección con 55% de los sufragios.
"Es claro que puedo ganar. Yo arranco con casi 7 millones de votos. ¿Con qué arranca Maduro?...Esa silla (de la presidencia) no es de él", indicó el líder opositor al asegurar que el candidato oficialista no cuenta con el liderazgo suficiente para derrotarlo.
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